Existe una interesante historia,
incorrupta, inmaculada de sol,
que manifiesta una extrema necesidad
de ser narrada sin voz.
en el lenguaje de los árboles.
Un relato original y enigmático,
teñido de viento azul.
Allí, la sonrisa enjuga la lágrima
y el color es fusionado con el aire,
respirándose en el beso de la atmósfera,
al alcanzar la corteza del horizonte.
Una vitalidad orgásmica, sedienta de piel
y un olor a cielo diáfano,
seducido por la metáfora del amor.
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