Si no pudiste indagar en la condición de la bruma, al partir, ¿por qué creiste llegar hasta la cima de mi pensamiento?
El reloj, marcando el ritmo por venir, aún en la dilación de su marcha, va configurando en su pausa, el itinerario del camino recorrido.
No apresures tu arribo, ya desgastado, al atravesar el firmamento del tiempo alcanzado.
Cada segundo de mi mirada, cuenta. Al clavarse certera en el filo agudo de la tuya, suplica sedienta al universo, el privilegio de llegar a saciarse en el sonido velado de tu verdad.
Tu verdad y la mía, no se registran en la fantasía, se vuelven caricia nombrando al amor.
2 comentarios:
Me encanta Cecilia, son de mis favoritas a la hora de hacer un paisaje,un ambiente especial!!u abrazo!
La niebla tiene la magia del misterio. También me gustan. Gracias. Un abrazo
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